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Éxodo y exilio en los artistas paraguayos como consecuencias de la máquina de impedir.

  • Foto del escritor: Javier Acosta Giangreco
    Javier Acosta Giangreco
  • 22 feb 2021
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 25 feb 2021

Este fin de semana estuve recordando a mi querido amigo Eladio Pérez González y sus peculiares anécdotas en sus casi 94 años vividos. Recuerdo muy bien esta:

“En el año 47, mi hermano Nicolás y yo teníamos amenaza de parte de los colorados que venían bajando el rio Paraguay para desembarcar en Asunción, los pynandi. Yo escribía artículos en un diario "El pueblo" en aquella época, y mis publicaciones no gustaban a los dirigentes y personas de poder. Rápidamente fui tildado de izquierdas.

Cuando la presión se volvió insostenible, tomamos una maleta cada uno y nos buscaron de nuestra casa por la madrugada. Nos tiraron en el jardín de la embajada del Brasil, allí nos iban a trasladar a un avión de carga que iba rumbo al Brasil. Para el medio día ya estábamos fuera del Paraguay”.

Pero sigue mas adelante:

"Yo creo que iba a salir mas temprano que tarde del Paraguay, acá no había nada y tampoco había ambiente para desarrollar una carrera artística. Dos años después de salir del país, obtuve una beca que me lo dieron por gestión de Kurt Levinson en Paraguay para ir a estudiar a la New England Conservatory de la Boston University”.

Esto me hizo reflexionar lo siguiente, ¿cuántos artistas e intelectuales fueron forzados a partir? y ¿cuántos salieron de forma voluntaria? Para esta clasificación podemos acuñar la palabra bíblica Éxodo, que viene del latín exŏdus y se traduce como “salida”. Diferente a exilio, que esta ligado a una condena impuesta por el estado, también sinónimo de expulsión. Hago esta diferenciación para comprender que hubieron aquellos que salieron para buscar mejores oportunidades profesionales y otros que salieron por cuestiones políticas, pero en muchos casos también se dan ambas cosas al mismo tiempo, como el caso de Eladio.

Él mismo tenía razón, en 1947 no existía en el Paraguay un medio artístico consolidado, había artistas, pero no existían instituciones que los respalden ni mucho menos un publico o una cultura de consumir arte.


Para entender esto habría que retrotraerse a los anales de la historia paraguaya. Cómo fue concebida y cómo afecto en todos los estratos sociales, el cruento genocidio de 1870, antes, durante y ni hablar después.


Porque no decir también la guerra del Chaco (1932-1935) que a pesar de la victoria nacional, trajo un sinfín de problemas políticos a priori y a posteriori.

La revolución del 47 fue uno de esos. Los partidos políticos estaban completamente enfrentados y entre asesinatos, apresamientos y gobiernos militares que se sucedían uno encima de otro. Todo esto trajo una enorme inestabilidad social y política cual desencadeno esta cruenta guerra civil.


7 de marzo de 1947, vestigios del enfrentamiento en plena guerra civil.


En este clima caldeado de comienzos de siglo XX pulularon como flores que crecen entre las cenizas, nuestros mejores artistas, quienes crearon una banda sonora a un país que sabia mas de metrallas que de guitarras.

Pero nunca una sociedad en guerra es un medio propicio para que las rosas hagan un rosedal.

Nuestras rosas optaron por seguir sus sendas a latitudes más fértiles cuales podían seguir capacitados y crecer en una carrera profesional competente, cosa que el Paraguay en ese momento, no podía ofrecerles.

Otro hecho que facilitó este éxodo, fue que a 1200 km de Asunción estaba la capital mas potente y culta de America Latina, y una de las más importantes del mundo, Buenos Aires.

Conquistar Buenos Aires era el objetivo más alto que un músico latinoamericano podía soñar, y nuestros artistas fueron a por ella.


El éxodo comienza con Agustín Barrios Mangoré en el año 1910. El mismo da un par de conciertos en Corrientes y llega a Buenos Aires por vinculación de su amigo y actor argentino Florencio Parravicini quien había estado en Asunción unos meses.

Barrios no se inserta al ambiente musical porteño, sino al ambiente teatral acompañando con su guitarra a las representaciones teatrales urbanas. Recién en el Uruguay logra vincularse a los círculos musicales de prestigio, pero Buenos Aires fue un destino hostil para él y esto lo marco para siempre (ver historia en el libro de Richard Stover "Seis rayos de plata).

Una década después llega al puerto de Buenos Aires el músico y compositor Federico Riera, autor de la famosa guarania Asunción.


El joven Barrios en Buenos Aires 1910.


Lo nombro porque Riera (a diferencia de Barrios) se inserta con más facilidad a los círculos musicales porteños y a la par fue un gran anfitrión de los músicos paraguayos que fueron llegando posteriormente.

Desde la década del 20 en adelante, con Riera como anfitrión, van llegando diferentes artistas nacionales con el sueño de conquistar la gran ciudad. Podemos nombrar a Félix Pérez Cardozo (quien tuvo un éxito descollante), Herminio Giménez, Justo Pucheta (estos dos graban por primera vez la música paraguaya en el exterior), Samuel Aguayo (quien se le atribuye la autoría del termino Chamamé), Agustín Barboza, Mauricio Cardozo Ocampo (uno de los fundadores de SADAIC, Sociedad de Autores en Argentina), Quirino Baez Allende, Jose Asunción Flores etc.


Duo Giménez-Pucheta por la década del 20, graban en Buenos Aires por primera vez la música paraguaya. Quién hace posible este suceso histórico fue Viladesau, quien gestiona la posibilidad de la grabación desde Asunción, haciendo una selección de varios temas populares.


A excepción de Barrios, los músicos paraguayos tuvieron una excelente acogida en Buenos Aires, y todos ellos forman parte de este masivo éxodo que comenzó con Barrios como antorcha en el camino, y con el correr de las décadas se iba intensificando.

Tras la guerra civil del 47 vemos mas artistas como, Elvio Romero, Herib Campos Cervera, Augusto Roa Bastos, Eladio y Nicolás Pérez González quienes ya salen exiliados por las revueltas políticas y los sinsabores que dejo la revolución.


Para esta década del 40 se abre otro destino, cuál se sabe menos, pero no por eso no fue brillante y lleno de éxito, esta es la capital francesa Paris.

Junto a Francisco Marin a la cabeza se funda el grupo “Les Guaranis”, siendo este el primero en llegar a París.


Seguidamente va Digno Garcia a Bruselas, el primer gran arpista en Europa, Los Paraguayos con Luis A. del Paraná, Nicolás Pérez González con el trio “Los Cangrejos” y posteriormente “Los Calchakis”, duo Cáceres, Virgilio Rojas, Dionisio Arzamendia entre tantos otros. El esplendor por la capital francesa va desde la década del 40 hasta el 80.


Les Guaranis, año 1964. Este disco se grabo en Francia, Francisco Marin fue el líder de la agrupación


Hago este recuento para comprender que para 1954, cuando sube el dictador Alfredo Stroessner, la mayoría de los grandes artistas ya estaban fuera del país, tanto por éxodo voluntario o por exilio de la guerra del 47.


Tampoco todos los artistas que salieron fueron exiliados, muchos fueron parte del éxodo, pero con la subida del dictador todo se metió en la misma bolsa. A excepción de Carlos Lara Bareiro, los demás músicos salieron antes del stronismo, lo que si hizo Stroessner fue encargarse de que los mismos sigan lejos del país, negándoles inclusive sus documentos de identidad a varios de ellos, sobre todo los que tenían un antecedente comunista o socialista; como fue el caso de Flores, Elvio Romero, y Lara Bareiro.


Stroessner tenia miedo de la gente intelectual, y mucho más a los que tenían cierto apoyo popular. Con estos tampoco tuvo piedad, ahí podemos nombrar a Augusto Roa Bastos y Epifanio Méndez Fleitas, que más por cuestión ideológica lo hizo por cuestión estratégica.


Carlos Lara Bareiro al mando de la Orquesta Sinfónica de la Asociación de Músicos del Paraguay, orquesta que funda él en 1951 tras el regreso de sus estudios en Rio de Janeiro. No duraría mucho dado que en 1954 es obligado a dejar el país con el asenso de Alfredo Stroessner al poder. Esta orquesta seria la base la posterior Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA) que se funda en 1957, Lara ya en el exilio.


Así Stroessner congelo el desarrollo cultural en el Paraguay, los músicos que quedaron aquí eran totalmente a-politicos, o perseguidos sin ser exiliados o también estaban los músicos simpatizantes al régimen, como lo fueron Samuel Aguayo y otros muchos que no prefiero nombrar para no herir susceptibilidades (Epifanio Méndez Fleitas forma parte del grupo de los stronistas, luego tuvo problemas con Stroessner y este lo obliga a salir del país, actualmente se lo confunde como un paladín de la democracia).


Pero a pesar de esto, ésta situación de salidas continúa luego de 1989, cuando cae la dictadura y llega la democracia. El exilio se acaba, pero no así el éxodo. Muchos de los exiliados retornan al Paraguay pero otros prefieren no hacerlo.


El Paraguay que reciben Roa Bastos, Elvio Romero, Nicolás Pérez González, Herminio Giménez etc, era deplorable. Aquí entra la fuerza las nuevas generaciones, de la mano de las anteriores, que tratan de reconstruir o estabilizar la situación nacional.

Hoy nos encontramos en medio de ese proceso, tratando de dar al país el mejor nivel artístico posible, a pesar de contar con escaso apoyo gubernamental ni privado.


Ante esta situación el exilio ya no existe, pero desgraciadamente el éxodo sigue firme, y sigue obligando a los jóvenes a buscar mejores horizontes en un mundo convulsionado por la peste del COVID-19.


Existen muchos artistas jóvenes de enorme talento, formación y energía, que están volcando toda esa sangre nueva en otros países. A pesar de que la situación de hoy es ampliamente mejor que la de 1920, tampoco el mundo ya es él mismo y nos exige estar en otro nivel de trabajo, cosa que el Paraguay aun no se ha puesto en esa linea.


Concretamente y como siempre digo, falta elevar el nivel del minimo. Cuando fui a estudiar a Buenos Aires, el nivel minimo de solfeo y teoría musical era tan superior al que yo estudiaba aquí, que ni siquiera lo di en el grado superior de conservatorio, o sea en los últimos años de lenguaje música en Paraguay.


Desde el plano laboral, falta más movimiento, mas oferta y demanda fuera de Asunción (el interior de hoy ya no es el campo de antes), falta más apoyo gubernamental para la producción de festivales, conciertos y todo tipo de encuentros artísticos, esto oxigena a los artistas y forma al público. Falta más intercambio con músicos del extranjero, ¿hace cuántas décadas no viene una orquesta extranjera de alto nivel a tocar al Paraguay?, ¿porque los grandes solistas del violín, del piano, la guitarra etc. no pasan por aquí? esto naturalmente eleva mucho el nivel local... por osmosis.


Falta muchísimo apoyo e interés del sector privado, falta un plan de mecenazgo justo, faltan conciertos didácticos que forman al público para la apreciación de la música y otras artes, faltan instituciones científicas, faltan universidades potentes que propongan innovación tanto en el campo científico como en los planes de estudio y que tengan vinculación con el mundo. Faltan críticos de conciertos competentes y músicos verdaderamente profesionales que sepan recibirlas sin apelar al trillado aichinjaranga (expresión en guaraní que se usa cuando alguien da pena o lástima). Falta debate de ideas con fundamentos.


Faltan partituras re editadas de música paraguaya, tanto en formato físico como digital, faltan editores locales que impulsen la publicación de partituras de compositores actuales. Faltan concursos honestos que no estén arreglados de ante mano, falta un Ministerio de Educación que facilite el trabajo a los que tienen títulos del extranjero y no que los castiguen con larguísimas validaciones o que te hagan estudiar carreras de garage a parte para reconocerte como profesional... Falta... por más que se este trabajando en ello y se han logrado ciertas cosas, sigue faltando, y esto desmoraliza a cualquier profesional que tiene buenas intenciones pero se topa con esta maquinaria lenta y poco eficaz, que como yo llamo, "LA MÁQUINA DE IMPEDIR", que no es solamente el estado, es el estado más la sociedad civil apática.


La máquina de impedir ha existido siempre, y fue el motivo principal del éxodo masivo de nuestras mentes más iluminadas. Entendamos que el exilio fue transitorio a nivel histórico, pero mientras la máquina de impedir continue vigente, el éxodo que ya tiene 111 años, continuará sobreviviendo intacto a pesar del tiempo.


Javier Acosta Giangreco

Febrero 2021


Bibliografía


Talavera, J. (1983). Herminio Giménez, Un Músico Latinoamericano su vida y su Obra. Buenos Aires, Argentina: Ed. Nueva Etapa.


Lara, A. (2006). Vidas, Perfiles y Recuerdos. Asunción, Paraguay: Ed. Servilibro.


Szaran, L. (2007). Diccionario de la Música en el Paraguay. Nürnberg, Alemania: Jesuitenmission


Lara - Bareiro, C. (2009). Autobiografía y Memorias Sobre un Proceso Histórico Cultural Paraguay. Asunción, Paraguay: Ed. Servilibro.


Stover, R. (2010). Seis Rayos de Plata. Asunción, Paraguay: Ediciones y Arte S.A


Acosta - Giangreco, J. (2017). Entrevista a Eladio Pérez González (Inédito)

Acosta - Giangreco, J. (2018). Nicolás Pérez González: La Revolución Inconclusa. Asuncion, Paraguay.


Ilustraciones fotográficas

Augusto Roa Bastos. Fotografía de Jesús Ruíz Nestosa Madre de ciudades, la del no me acuerdo y la del no sé.


Carlos Lara Bareiro, Fuente Apóstol de la música y la dignidad.


Agustín Barrios en 1910, Richard Stover.


Las demás ilustraciones son de fuente desconocida para mi, la persona que conozcan sus fuentes me puede contactar a +595981572747



 
 
 

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